SILLAS PERCEPTIVAS.

En clase hemos trabajado una de las técnicas que se pueden utilizar para trabajar en orientación personal. En este caso, nos puede ayudar a trabajar la empatía. La técnica consiste en analizar una situación desde diferentes perspectivas para que de esta manera la persona pueda reflexionar acerca de cómo se siente en las diferentes situaciones, de que es lo que siente la otra persona, que es lo que la lleva actuar así…

A continuación explicaré las diferentes posiciones que se pueden llevar a lo largo de esta técnica, ya que estas no son únicas, al igual que las preguntas que se plantean que siempre deben estar adaptadas a la persona y a la situación que acude a la consulta.

                         

El conflicto con el que nos encontramos en este caso es: “Dos hermanos se quedan en casa solos el fin de semana. Después de repartir las tareas que deben llevar a cabo en la casa durante este tiempo, uno de ellos nunca cumple con sus obligaciones. El segundo hermano se enfada ya que, a pesar de realizar su parte correspondiente es regañado de la misma manera que el otro hermano que no realiza las tareas”

1-      Desde la propia persona: En esta situación, la persona que acude a consulta nos contará el problema desde su perspectiva, debemos realizarle preguntas abiertas en las que él pueda expresar cómo se siente y cuáles son los motivos reales de su enfado. Debemos escucharle de manera activa y estar atentos de la comunicación tanto verbal como no verbal a través de la cual nos transmitirá mucha información acerca de que es lo que siente en esa situación. Las preguntas que en este caso podemos plantear son: ¿Cómo te sientes en esta situación? ¿Qué es lo que sientes cuando tus padres te regañan de la misma manera que a tu hermano? ¿Qué solución aportarías?

 

2-      Desde la persona con la que tiene el conflicto: En este momento la persona deberá adoptar el rol de la otra persona, deberá pensar que y como se siente, para ello cambiará de silla (de esta forma será más consciente del cambio de rol). En este caso deberá ser su hermano y las preguntas que podríamos realizar son: ¿Cómo ves tú lo que está pasando? ¿Qué supone para ti, que al llegar tus padres existan las mismas consecuencias para ambos? ¿Cómo ves tú el conflicto con tu hermano? Este es uno de los cambios más difíciles, ya que no es fácil cambiar la “idea” que se tiene frente a un conflicto. Como orientadores debemos ser capaces de conducir a la persona a que consiga ponerse en el lugar del otro ya que, por ejemplo en el caso que vimos en clase la persona volvía a repetir aquello que había dicho en el primer paso y le costó meterse en el “papel” de su hermano.

 

3-      Desde un observador del conflicto: En esta ocasión la persona será un mero observador del conflicto, por lo que volverá a cambiar de silla o si disponemos del espacio suficiente, podrá moverse y verlo desde otra perspectiva de la habitación. Las preguntas que le podríamos hacer serían: ¿Qué es lo que estás viendo? ¿Qué te dirías desde fuera a ti mismo? ¿Qué crees que le puede ayudar? ¿Qué le dirías al otro hermano?

 

4-      Desde la mirada de un niño: Ahora deberá ponerse en la piel de un niño, podemos cambiarle de lado de la habitación para que obtenga una perspectiva nueva. Le podríamos preguntar: ¿Cómo ves la situación? ¿Qué les dirías? ¿Cómo te gustaría que fueses? Observar la situación desde la figura del niño nos puede dar información muy importante, tanto no verbal como verbal (ya que los adultos damos por hechas muchas cosas y no las expresamos).

 

También podemos pedirle que se situara en el rol de una persona a la que admira y realizarle diferentes preguntas. Cómo he dicho anteriormente no existe una única manera de llevar a cabo esta técnica y como orientadores deberemos ser capaces  de cuál es la que mejor se adapta a nuestra situación. Es muy útil para trabajar conflictos y temas de parejas y la podemos llevar a cabo desde los ocho o nueve años (llevando a cabo adaptaciones usando muñecos,  por ejemplo)

 

Para finalizar decir, que lo más importante y las claves para llevar a cabo de manera correcta esta técnica son: El espacio, las diferentes perspectivas y las preguntas.