“El que tiene un porqué para
vivir, puede soportar cualquier cómo” Nietzsche
En clase nos recomendaron un
libro titulado “El hombre en busca del sentido”
de Viktor Frankl. Este autor estuvo internado durante tres años en
Auschwitz y nos traslada hasta allí con una mirada nueva, de la que nunca había
leído algo parecido. Es la mirada de “Un psicólogo en un campo de concentración”.
Me ha parecido un libro
totalmente impactante y me he quedado sorprendida al ver como narra Viktor
Frankl todo lo que sucedió allí. Durante mi viaje de Erasmus tuve la oportunidad
de visitar Auschwitz, lo que me ha hecho poder vivir todas sus historias aún
con más intensidad si cabe. Creo que es una forma totalmente distinta de
transmitirnos lo que ocurrió, como vivieron aquella situación…Me he sentido
totalmente feliz al ver sus palabras, que a pesar de todo lo que vivió, de todo
lo que sufrió está en paz con lo que allí vivió y ha sido capaz de perdonar.
En muchas otras entradas he
hablado de la importancia de saber ver la vida con optimismo, de ser capaz de
luchar contra todo aquello que se te venga encima, pero el ejemplo con el que
me he encontrado en el libro, me ha parecido unos de los mas grandes espejos en
el que podemos mirarnos para ser capaces de encontrar esa chispa que nos ayude
a seguir hacia adelante.
Viktor Frankl nos habla de como
sobrevivieron a los campos de concentración a través de esas ganas de vivir.
Para ellos vivir o no, era algo con lo que luchaban día a día y todas sus
esperanzas y sueños quedaban muy lejos, pero mientras que tu cuerpo tuviera ese
objetivo de lucha, de seguir un día más…lo conseguían. Los instintos de
supervivencia eran esenciales (cambiar un cigarrillo por un cuenco de sopa,
conseguir unos alambres para los zapatos marcaban una fuerte línea entre vivir
o morir). En aquellas circunstancias encontrarle un sentido a tu vida debía ser
muy difícil, encontrar una palabra de ánimo aún lo era mas. Me ha gustado mucho
el ejemplo de como cuando dos de los presos querían suicidarse, les hicieron
ver que uno de ellos tenía a su hijo fuera, en el extranjero, esperándoles y el
otro era el único capaz de terminar su obra científica, decidieron que merecía
la pena vivir y abandonaron cualquier intento de suicidio.
La vida es una realidad y
nosotros somos los que tenemos que decidir como queremos vivirla, como
enfrentarnos a las situaciones que nos vengan porque aunque estas sean difíciles,
nosotros podemos darle un valor, un significado y tener la fortaleza para poder
crecer como persona dentro de la adversidad.
“En realidad no importa que no
esperemos nada de la vida, si no que la vida espere algo de nosotros” Viktor
Frankl.
Es increíble leer la distinción de razas que se establece en
el libro: la “raza” de los hombres decentes y la “raza” de los hombres
indecentes. Una vez pasado todo lo que se vivió allí, Viktor aun sigue teniendo
esperanza en los seres humanos. Sigue viendo que en cualquier lugar, pase lo
que pase y hagan lo que hagan, hay hombres buenos, hombres que deciden por si
mismos lo que son.
“Los mejores de entre nosotros no
regresaron a casa”
Desde aquí quiero honrar la memoria de todas las personas
que estuvieron y sufrieron en un campo de concentración Nazi, la de aquellos
soldados que los miraban con otros ojos, porque a pesar de vivir una de las
atrocidades mas grandes que ha cometido el ser humano, por pensar que la vida
realmente seguía teniendo sentido…
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